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13 de Abril de 2020

Vigilancia, salud pública y emergencia de enfermedades por Gabriela Salmón*

¿Qué tiene que ver un animal silvestre con un problema de salud de una persona o una población? Si viviéramos en una burbuja: NADA. Como no es el caso y no solo vivimos en comunidades de humanos sino en estrecha relación con otras especies, estos vínculos están muy comprometidos.

Hace varias décadas ya se había reconocido que las principales enfermedades emergentes eran zoonóticas, es decir, pueden transmitirse entre animales y humanos (Woolhouse et al. 2001; Institute of Medicine (US) Committee on Emerging Microbial Threats to Health 1992). Tal es el caso de la influenza H1N1 que suscitó una reacción global en el 2009 y de la emergencia generada por el virus del Ébola en el 2014. El Instituto de Medicina de los Estados Unidos, en 1992, había listado seis factores que contribuían a la emergencia de enfermedades infecciosas: comportamiento y demografía humana, tecnología e industria, desarrollo económico y el uso del suelo, tráfico y comercio internacional, adaptación y cambios microbianos, falla en medidas de salud pública. Si bien las categorías parecen amplias, podemos identificar estos factores con la emergencia de algunas enfermedades como el virus del Nipah, que parece estar asociado a la expansión e intensificación agrícola en Bangladesh (Epstein et al. 2006), o la propagación del virus del SARS que estuvo relacionado a rutas de tráfico aéreo, y su origen se vinculó al tráfico de animales (Cleaveland, Haydon, and Taylor 2007; May et al. 2004).

La emergencia sanitaria que enfrentamos en este momento con un nuevo coronavirus parece también tener orígenes asociados a tráfico, particularmente a un mercado en el cual se comercializaba fauna silvestre viva (Wu et al. 2020). Curiosamente, este riesgo había sido visibilizado en varias ocasiones en algunas publicaciones científicas (Menachery et al. 2015; Graham, Donaldson, and Baric 2013), incluso para Latinoamérica (Mattar V et al. 2018). Algunos planteamientos postularon incluso el impacto probable de la deforestación en el surgimiento de una nueva enfermedad infecciosa de este tipo (Afelt, Frutos, and Devaux 2018). Como telón de fondo, tenemos la debilidad en nuestros sistemas de salud pública.

Por otro lado, el Reglamento Sanitario Internacional (RSI) se revisó en el 2005, enfocado en varios aspectos como el fortalecimiento de la salud pública, especialmente vigilancia y respuesta (Organización Mundial de la Salud (Ginebra 2008). Concurrente, por supuesto, con un sistema robusto que permita responder adecuadamente en situaciones de crisis.

La actual situación pone una vez más en evidencia la debilidad de nuestro sistema de salud y sobre todo el abandono en que se encuentran los servicios de salud primaria, que deben ser las primeras fronteras de vigilancia y respuesta. Tampoco se han mejorado sustancialmente la articulación con otros sistemas de monitoreo, de zoonosis, por ejemplo y eventos primarios que están relacionados a su presentación, como deforestación, incendios o desplazamientos, por nombrar algunos (Allen et al. 2017). En un país como el Perú, que no con poca frecuencia presenta brotes de rabia silvestre (Laboratorio de Referencia Nacional de Zoonosis Virales 2018), y hemos dejado establecerse como rabia urbana en la regiones de Puno y Arequipa, el fortalecimiento de la salud pública, de los establecimientos primarios de salud y la necesaria articulación de la vigilancia con los sectores de ambiente, agricultura, comercio y transporte, no es un ejercicio superfluo sino una verdadera necesidad, basado en suficiente evidencia que nos exhorta a tomar medidas inmediatas.

Referencias:
  • Afelt, Aneta, Roger Frutos, and Christian Devaux. 2018. “Bats, Coronaviruses, and Deforestation: Toward the Emergence of Novel Infectious Diseases?” Frontiers in Microbiology 9 (April). https://doi.org/10.3389/fmicb.2018.00702.
  • Allen, Toph, Kris A. Murray, Carlos Zambrana-Torrelio, Stephen S. Morse, Carlo Rondinini, Moreno Di Marco, Nathan Breit, Kevin J. Olival, and Peter Daszak. 2017. “Global Hotspots and Correlates of Emerging Zoonotic Diseases.” Nature Communications 8 (1): 1124. https://doi.org/10.1038/s41467-017-00923-8.
  • Cleaveland, S., D. T. Haydon, and L. Taylor. 2007. “Overviews of Pathogen Emergence: Which Pathogens Emerge, When and Why?” In Wildlife and Emerging Zoonotic Diseases: The Biology, Circumstances and Consequences of Cross-Species Transmission, edited by James E. Childs, John S. Mackenzie, and Jürgen A. Richt, 85–111. Current Topics in Microbiology and Immunology. Berlin, Heidelberg: Springer. https://doi.org/10.1007/978-3-540-70962-6_5.
  • Epstein, Jonathan H., Hume E. Field, Stephen Luby, Juliet R.C. Pulliam, and Peter Daszak. 2006. “Nipah Virus: Impact, Origins, and Causes of Emergence.” Current Infectious Disease Reports 8 (1): 59–65. https://doi.org/10.1007/s11908-006-0036-2.
  • Graham, Rachel L., Eric F. Donaldson, and Ralph S. Baric. 2013. “A Decade after SARS: Strategies for Controlling Emerging Coronaviruses.” Nature Reviews. Microbiology 11 (12): 836–48. https://doi.org/10.1038/nrmicro3143.
  • Institute of Medicine (US) Committee on Emerging Microbial Threats to Health. 1992. Emerging Infections: Microbial Threats to Health in the United States. Edited by Joshua Lederberg, Robert E. Shope, and Stanley C. Oaks. Washington (DC): National Academies Press (US). http://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK234855/.
  • Laboratorio de Referencia Nacional de Zoonosis Virales. 2018. “Situación de La Rabia En El Perú, INS, 2015-2017.” 24. Boletín Institucional. Centro Nacional de Salud Pública, Instituto Nacional de Salud.
  • Mattar V, Salim, Marco González T, Salim Mattar V, and Marco González T. 2018. “Zoonotic Emergence of Coronavirus: A Potential Public Risk for Latin America.” Revista MVZ Córdoba 23 (3): 6775–77. https://doi.org/10.21897/rmvz.1408.
  • May, R. M., A. R. McLean, J. Pattison, R. A. Weiss, Diana Bell, Scott Roberton, and Paul R. Hunter. 2004. “Animal Origins of SARS Coronavirus: Possible Links with the International Trade in Small Carnivores.” Philosophical Transactions of the Royal Society of London. Series B: Biological Sciences 359 (1447): 1107–14. https://doi.org/10.1098/rstb.2004.1492.
  • Menachery, Vineet D., Boyd L. Yount, Kari Debbink, Sudhakar Agnihothram, Lisa E. Gralinski, Jessica A. Plante, Rachel L. Graham, et al. 2015. “A SARS-like Cluster of Circulating Bat Coronaviruses Shows Potential for Human Emergence.” Nature Medicine 21 (12): 1508–13. https://doi.org/10.1038/nm.3985.
    Organización Mundial de la Salud (Ginebra, Suiza). 2008. Reglamento sanitario internacional: (2005). Ginebra: Organización Mundial de la Salud.
  • Woolhouse, M. E. J., C. Dye, Louise H. Taylor, Sophia M. Latham, and Mark E.J. woolhouse. 2001. “Risk Factors for Human Disease Emergence.” Philosophical Transactions of the Royal Society of London. Series B: Biological Sciences 356 (1411): 983–89. https://doi.org/10.1098/rstb.2001.0888.
  • Wu, Fan, Su Zhao, Bin Yu, Yan-Mei Chen, Wen Wang, Zhi-Gang Song, Yi Hu, et al. 2020. “A New Coronavirus Associated with Human Respiratory Disease in China.” Nature 579 (7798): 265–69. https://doi.org/10.1038/s41586-020-2008-3.

*Gabriela Salmón. Miembro de la Asamblea de INTE-PUCP. Biologa con mención en Biotecnología (UNALM). Maestría en Epidemiología en la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Doctorado en el Departamento de Salud Internacional, área de Epidemiología y Control de Enfermedades Globales de la Escuela Bloomberg de Salud Publica de la Universidad de Johns Hopkins. Su área de investigación está enfocada en la epidemiología de las enfermedades infecciosas y el uso de herramientas de modelamiento para comprender la dinámica de transmisión de enfermedades entre poblaciones humanas, reservorios y vectores.

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