#PuntoEdu | Construcciones sociales y colaborativas para la vivienda altoandina
Las viviendas realizadas por el grupo de investigación Centro Tierra en la comunidad de Orduña, Puno, no solo resaltan por ser térmicas y sismorresistentes, sino también porque fueron hechas con materiales locales y el apoyo de los pobladores, a quienes les transfirieron estas tecnología. Hasta este jueves 19, puedes conocer los prototipos en la exposición que se encuentra en nuestra Facultad de Arquitectura y Urbanismo.
Los habitantes de la comunidad de Orduña, distrito de Santa Lucía, ubicado en la provincia de Lampa (Puno), soportan temperaturas de 30 grados bajo cero en invierno. A la hora de dormir se abrigan con chompas gruesas y chullos, pero aun así el clima helado les impide descansar adecuadamente.
Desde el 2014, el grupo de investigación Centro Tierra de nuestra Universidad, coordinado por la Mag. Sofía Rodríguez-Larraín y conformado por arquitectos, ingenieros civiles y antropólogos, ha edificado viviendas idóneas en y con esta comunidad de Puno. “Nuestro objetivo es brindar confort térmico y seguridad constructiva a través de la utilización de materiales locales y naturales”, enfatiza el Dr. Martín Wieser, docente del Departamento de Arquitectura. “Desde mi punto de vista, estas casas son funcionales”, señala el alcalde de Santa Lucía Angel Castillo Colque.
Para detallar los logros y el concepto del proyecto, se realizó el último viernes 13 el evento “Vivienda altoandina. Enfrentar las heladas con tecnologías constructivas ecológicas, bioclimáticas sismo resistentes y materiales naturales locales”, organizado por el Centro de Investigación de la Arquitectura y la Ciudad (CIAC) y el Instituto de Ciencias de la Naturaleza, Territorio y Energías Renovables (INTE-PUCP). De este modo, dieron cierre al proyecto de investigación “Estudio del hábitat altoandino para el mejoramiento de la calidad de la vivienda rural, confort térmico y seguridad constructiva”, desarrollado por el grupo de investigación Centro Tierra.
Etapas en construcción
Esta investigación ha tenido dos etapas. En el 2014 ganaron una convocatoria de Concytec, lo cual les dio la oportunidad a los investigadores de viajar una vez al mes a la comunidad, conocer y generar confianza entre la población y realizar el levantamiento de campo. “El año siguiente hubo más acción, pues hicimos el diseño y construcción del prototipo”, resalta la Mag. Silvia Onnis.
Si bien hubo un período en que el proyecto se detuvo, los miembros de Centro Tierra siguieron monitoreando la zona. El impulso que les dio obtener un Concurso Anual de Proyectos de investigación (CAP) motivó que se produjera una segunda etapa del proyecto, que mejoraría la propuesta inicial e incorporó el factor bioclimático y sismorresistente.
Nuestros docentes involucrados coinciden en que el objetivo principal del trabajo efectuado no es la construcción en sí sino el método, la transferencia de la tecnología a los habitantes de la comunidad, la enseñanza mutua y el trabajo colaborativo. “Buscamos involucrar directamente a la población para que estas soluciones sean aceptadas y replicadas por ellos mismos”, comenta Rodríguez-Larraín.
Revalorizar lo local y natural
Uno de las características del proyecto es el uso de materiales de la zona que sean asequibles económicamente y generen el menor impacto ambiental posible. Por ello se decidió echar mano del adobe. “Desde Centro Tierra apoyamos el movimiento latinoamericano de utilizar materiales locales y naturales, el cual nació en Habitat International Coalition – América Latina y se promueve desde México”, comenta Onnis.
Visita la exposición
El proyecto del Grupo de Investigación Centro Tierra acaba de concluir, pero seguramente pronto explorarán nuevas líneas de investigación. Mientras tanto puedes visitar, hasta este jueves 19 de diciembre, una pequeña exposición que muestra los materiales locales y naturales utilizados y los prototipos realizados. Se encuentra en la Facultad de Arquitectura, al lado del salón 103.
Fuente: Punto Edu Web