Celebrando el 50 Aniversario del Día Mundial de la Tierra en épocas de pandemia
Se cumplen 50 años desde que un gran movimiento ciudadano, conformado por cerca de veinte millones de personas en Estados Unidos se movilizara para llamar la atención por los problemas ambientales, generando así, significativas reformas a nivel político y social.
En ese sentido, logros importantes generados tras la movilización se hicieron evidentes con la creación de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) a finales de 1970 y dos años después, la primera Cumbre de la Tierra en Estocolmo en donde se buscaba sensibilizar a los líderes a nivel mundial sobre el tema ambiental.
Desde entonces a la fecha, la conciencia sobre la problemática ambiental es una realidad. Las iniciativas impulsadas en el espacio multilateral —en el cual cabe señalar las diversas Cumbres por el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible, las Conferencias sobre el Cambio Climático impulsadas por las Naciones Unidas, entre otras— las llevadas a cabo en los diversos Estados implementando políticas, las diferentes manifestaciones ciudadanas, las preocupaciones e iniciativas de grupos empresariales y los propios avances científicos han permitido evidenciar los impactos en nuestro planeta, y nos llevan a que hoy el tema esté en el centro de las agendas.
Este año se celebra en un contexto muy particular, en un momento en el cual la humanidad entera está afrontando una amenaza que pone en cuestión estilos de vida y modelos socioeconómicos de desarrollo vigentes. El papel del Estado en los servicios a la comunidad, especialmente en lo que corresponde a salud, adquiere relevancia política y estratégica. Estrategias adoptadas en varios países ponen en relieve la nueva vigencia de un Estado omnipresente y el reforzamiento de regímenes autoritarios.
Asimismo, la pandemia COVID-19 ha llevado a que en el mundo la actividad económica e industrial haya parado de manera forzada. Y esto ha puesto en evidencia el impacto humano en el planeta. El aire, los ríos y los mares han recibido un respiro, sin embargo, sabemos que estos impactos serán temporales, si es que no se trabaja en políticas globales que apunten a la transición a una economía sostenible que beneficie tanto a las personas como al planeta.
Esta fecha coincide también con el denominado por las Naciones Unidas “súper año” de la biodiversidad y a partir de la XV Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica se propone abordar un marco mundial que incorpora objetivos bastante ambiciosos de protección a la naturaleza y hacer frente al problema de la deforestación.
¿Qué efectos tendrá esta situación en la biodiversidad, la dinámica climática, en nuestra relación con la naturaleza o en la dinámica económica? Aún no lo sabemos. Lo que sí está claro y es indispensable desde el mundo de la academia, y en particular desde el INTE, es reforzar la mirada analítica e interdisciplinaria para contar con más elementos científicos sobre las interacciones socio ambientales.