La nueva gestión en el MINAM frente a la actual coyuntura ambiental
Foto: Andina
Este año hemos enfrentado uno de los mayores desafíos como país, el de una pandemia que nos encuentra con un índice de informalidad laboral cercano al 70% y un sistema de salud precario. Ahora, después de 4 meses de la emergencia sanitaria decretada por el gobierno surge un nuevo desafío: el de promover una reactivación económica después de una paralización sin precedentes de los sectores productivo y comercial. Los cambios en el gabinete ministerial son un reflejo de la intención de poner de nuevo al país en marcha. Frente a este panorama tienta pensar que algunas condiciones ambientales podrían relajarse para favorecer la tan ansiada reactivación.
La nueva ministra del Ambiente (MINAM) Kirla Echegaray, debe asumir el reto de implementar una agenda ambiental dentro de la reactivación, favoreciendo el cumplimiento de los estándares ambientales y los compromisos asumidos dentro de la agenda global contra el cambio climático. Es imprescindible que el sector productivo participe en la reducción de su huella ecológica y en el manejo de pasivos ambientales.
Durante el aislamiento social obligatorio se dio una tregua al medio ambiente. El 90% del transporte estuvo paralizado lo que redujo los niveles de particulados y contaminación en algunas ciudades, especialmente en Lima. Es importante impulsar un transporte sostenible no contaminante y el uso de energías alternativas. Sin polarizar el debate, es necesario poner en perspectiva la expansión y actividades futuras del Terminal Portuario San Martín que afectarían la Reserva Nacional de Paracas con un intenso tránsito de camiones de mineral dentro de una zona de reserva y con alto número visitantes y residentes. Se deben buscar alternativas viables para la empresa y para todos nosotros, los peruanos. El MINAM debe ser enfático en la defensa de la Reserva y la biodiversidad que alberga.
Por otro lado, el fortalecimiento de actividades asociadas al reciclaje y aprovechamiento de residuos sólidos es otro punto importante que debe continuar siendo promovido. Las medidas sanitarias adoptadas para la reactivación en establecimientos comerciales han significado un retorno al plástico de un solo uso, cuando ya se había logrado una significativa reducción y concientización de la población. Esto unido a la generación de desechos sólidos médicos como guantes y mascarillas, implica un nuevo reto para el manejo de residuos sólidos. La nueva ministra afirma que ésta es una de las líneas que se vería fortalecidas durante su gestión.
Necesitamos una agricultura tecnificada, sostenible y orgánica, que no implique la pérdida de bosques como parte de nuestra seguridad alimentaria. Este es también un papel inherente al MINAM. Es necesario tener en cuenta que el proyecto de “Reglamento Interno Sectorial sobre Seguridad de la Biotecnología para el Desarrollo de Actividades con Organismos Vivos Modificados para el Sector Agrario” (RISBA para el MINAGRI), pone nuevamente sobre el tapete la Ley N° 29811, que establece la moratoria al ingreso de organismos vivos modificados (OVM), y vence el próximo año. El activo liderazgo del MINAM es requerido, no sólo en la implementación de la ley sino también en la vigilancia y control, para evitar que organismos sectoriales puedan ser juez y parte en la toma de decisiones.