Opinión | Evaluando estrategias para recuperar la economía y la vida social ante la crisis del COVID-19
Escrito por: María Isabel Merino, INTE-PUCP.
Según las últimas proyecciones planteadas el martes 14 de abril por el presidente Martín Vizcarra, probablemente dentro de tres o cuatro semanas, el país podría lograr controlar el contagio exponencial del coronavirus, lo que se ha denominado como “aplanar la curva de contagio”. Esto permitiría pasar a una segunda etapa en la cual paulatinamente se pueda ir recuperando la actividad económica y la vida social, manteniendo medidas de distanciamiento social para garantizar que la proyección de contagios no se vuelva a disparar. Cómo desarrollar el reinicio de actividades está hoy en el centro del debate.
Interesados en aportar a esta discusión, el INTE-PUCP bajo la coordinación de Gabriela Salmón, responsable del Programa de Ingeniería Biomédica PUCP-UPCH y miembro de la Asamblea de nuestro instituto y gracias a la iniciativa del Patricia Iturregui (GIDAMB – INTE-PUCP), abrió un espacio para conocer con mayor detalle la propuesta del profesor Uri Alon y Ron Milo, del Instituto Weizmann de Ciencias (Israel), quienes proponen una estrategia cíclica de salida de la cuarentena. En esta videoconferencia participaron 35 expertos peruanos (epidemiólogos, economistas, biólogos, urbanistas, entre otros) que participan en grupos de trabajo vinculados al Ministerio de Salud, del Ministerio de Economía, investigadores de universidades, representantes de la sociedad civil, empresarios; todas y todos preocupados por aportar a encontrar soluciones a la crisis actual.
La estrategia propuesta
El profesor Uri Alon y su equipo han desarrollado un modelo matemático bajo el cual concluyen que una estrategia de ciclos quincenales con 4 días de apertura seguidos de 10 días de aislamiento, permitiría que se vaya disminuyendo el contagio del virus, mientras las actividades económicas se desarrollan a un 40% de su capacidad, previniendo el desempleo. El número de días de apertura se iría adaptando en respuesta a las observaciones epidemiológicas que se vayan dando.
La modelación de los ciclos y la organización de grupos que puedan ponerse en actividad de manera intercalada, se debería ir ajustando según las variaciones del factor “R”, que representa el número promedio de contagios realizado por cada persona infectada, el cual hay que llevarlo a valores menores a 1. Tal como ellos lo señalaron, este modelo se propone no para ser aplicado como política sino como un esquema conceptual que debe ser combinado con estrategias de control epidemiológico y no reemplaza medidas de distanciamiento social. Requiere, por supuesto un constante monitoreo del desempeño para realizar ajustes en las estrategias. Aún no se cuenta con evidencia empírica de sus resultados.
La idea básica del modelo es encontrar maneras de recuperar la actividad económica y social identificando en un esquema de dos semanas, cuántos son los días que podría levantarse el confinamiento de la población, y cuantos mantenerlos, y si toda la población seguiría el mismo patrón o sería por grupos.
El siguiente gráfico muestra cómo podrían intercalarse el ciclo teniendo dos grupos que se alternan.
Fuente: Uri, A. [et al]. Adaptive cyclic exit strategies from lockdown to suppress COVID-19 and allow economic activity [Presentación]
El planteamiento de ciclos de 14 días (dos semanas) se sustenta en el supuesto de que, si quien sale a trabajar se infecta, los días en los cuales hay mayor probabilidad de contagio estaría en cuarentena y cuando termine su tiempo de aislamiento social la probabilidad de contagio se reduce o se elimina (bajo el supuesto que el período de contagio es de aproximadamente 14 días).
Fuente: Uri, A. [et al]. Adaptive cyclic exit strategies from lockdown to suppress COVID-19 and allow economic activity.
Observaciones y comentarios al modelo
Ante la consulta sobre cuál es el principal parámetro del modelo, los profesores Alon y Milo señalaron que es “R”, y para dar inicio a los ciclos de apertura tiene que estar en un valor menor a 1, ya que al principio necesariamente habrá un aumento de contagios que paulatinamente tenderá a la baja.
Otra de las observaciones señaladas por los expertos estuvo relacionadas a si el modelo prevé introducir cambios para adaptarse a la heterogeneidad de las áreas y las diferencias regionales, por ejemplo, al considerar diferentes densidades poblacionales (tamaño de las ciudades; áreas rurales y urbanas); o también para analizar el efecto en diferentes sectores económicos. Quizá, expresó el profesor Alon, se podría calcular “R” en cada región o en cada sector, dependiendo del valor que se tenga en cada uno de ellos implementar la estrategia de los ciclos.
Impacto económico y social de la propuesta
En relación al impacto económico, el profesor Alon expresó que una estrategia como esta facilitaría que diversos sectores puedan retomar sus actividades durante esos días de apertura, y más aún si se dan al menos dos grupos que se intercalan en la quincena. Otro punto a considerar es que, al dar inicio a la actividad económica permitiría que la dinámica económica tenga predictibilidad y se retomen las inversiones. Otro aporte de la propuesta, señaló el Prof. Alon, es que este tendría efectos positivos en el empleo y en las condiciones psicológicas y sociales; si se dan períodos muy largos de confinamiento, no solo habría desempleo sino también pérdida de habilidades y destrezas ocupacionales.
Analizando la propuesta, considerando nuestra realidad, los expertos peruanos se preguntaron sobre la factibilidad de implementar una estrategia como ésta considerando que en el Perú cerca del 70% de la fuerza laboral es informal y que está teniendo muchas dificultades para mantener el aislamiento social. Ante ello el profesor Alon comentó que probablemente cualquier estrategia se enfrentaría a este problema, y que un esquema como éste, debidamente comunicado y monitoreado, podría facilitar que sea aceptado por la población.
Respecto a su implementación, parte de las interrogantes planteadas fue cuál sería el mejor momento para iniciar los ciclos y, dado que la propuesta implica una reactivación paulatina por sectores económicos, cuál podría ser el papel del sector empresarial.
La riqueza de la discusión permitió abrir así interrogantes y preguntas que habría que tener en cuenta para implementar éste u otro modelo y buscar estrategias viables para las características de nuestro país, que incorporen mecanismos para la aceptación y apoyo por parte de la comunidad. Y quedó abierto un camino para seguir ampliando este debate y poder llevarlo a quienes hoy están en el gobierno evaluando las estrategias a seguir.
*La propuesta está especificada en el artículo “Adaptive cyclic exit strategies from lockdown to suppress COVID-19 and allow economic activity”.
*Descargar la presentación del expositor Uri Alon, Aquí
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