El mundo sigue calentándose, ¿cuáles son las consecuencias para Perú en costa, sierra y selva?
- Texto: Daniel Contreras Zuloaga
A medida que el planeta rompe récords de temperatura y se acerca a terreno desconocido, nuestro país enfrenta eventos climáticos extremos cada vez más frecuentes, con la consecuente degradación de sus ecosistemas. Limitaciones institucionales y la desigualdad y pobreza exacerban la crisis, señala el investigador del INTE-PUCP Fabian Drenkhan.
La temperatura de nuestro planeta continúa subiendo, y más rápido de lo esperado. El pasado mes de julio fue el más caliente de la historia desde que se tienen registros, y según los investigadores, existe una probabilidad del 66% de que superemos el límite de calentamiento de 1,5 ºC antes de 2027.
Aunque superar esa cifra es relevante, hay que tomarlo con cautela, señala Fabian Drenkhan, geógrafo e investigador del INTE-PUCP. “Los efectos del cambio climático se intensifican de manera gradual y exponencial. No es que con 1,8 grados (de aumento) estemos perdidos y con 1,5 grados estemos a salvo”, precisa.
De acuerdo con el experto, en el escenario actual los impactos son notables pero aún manejables, mientras que si se llegan a superar los 2 grados de incremento se corre un riesgo creciente de que la capacidad de controlarlos o revertirlos disminuya.
En el caso peruano, la aceleración de la subida de las temperaturas se traducirá en una mayor frecuencia de eventos climáticos extremos, algo que representa un gran desafío para aquellos países ubicados en latitudes tropicales, afirma Drenkhan.
A nivel de la región, nuestro país es particularmente vulnerable a los efectos del calentamiento global y el cambio climático. De acuerdo a un reporte del Programa De Las Naciones Unidas Para El Desarrollo (PNUD) del 2021, el Perú presenta siete de las nueve características de vulnerabilidad reconocidas por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
Según Drenkhan, en Perú el cambio climático agudizará los problemas y desafíos que ya existen a nivel socioeconómico, relacionados a los altos índices de pobreza y desigualdad.
“Una gran parte de la población es altamente vulnerable a los efectos del cambio climático, pues cuenta con capacidades de adaptación muy limitadas y una baja resiliencia. Esto es particularmente evidente en zonas rurales y áreas fuertemente expuestas a desastres climáticos”, afirma el investigador.
Costa, amenazada por el estrés hídrico
En el caso de la costa peruana, los principales efectos del cambio climático se sentirán en la disponibilidad del agua. Ello supondrá problemas para satisfacer la creciente demanda agrícola y de la población, y pondrá en duda la viabilidad de grandes proyectos de agricultura y agro exportación, advierte Drenkhan.
Esto se ve agudizado por la intensa explotación de las aguas subterráneas en la región, lo que a su vez contribuye a la salinización de los acuíferos. “Estas fuentes son importantes para garantizar una adecuada cantidad y calidad del suministro de agua. Si se ven degradadas, la población y la agricultura sufrirán significativamente”, indica el geógrafo.
Asimismo, en la costa norte del Perú es probable que se aprecie un incremento de las precipitaciones, lo que incluso podría manifestarse en una mayor frecuencia lluvias torrenciales.
Sierra, a merced de los extremos
La región andina peruana enfrentará desafíos similares a la costa, vinculados al crecimiento poblacional, la demanda de agua, la pérdida de agua sin aprovechar y un deterioro en la calidad general del agua. Además, la sierra sufrirá un incremento de eventos climáticos extremos como sequías, lluvias torrenciales y heladas, indica Drenkhan.
“Esto afectará negativamente a los cultivos, causando erosión del suelo y destrucción de cultivos recién sembrados producto de las lluvias intensas. El crecimiento de los cultivos también se verá perturbado debido a temperaturas extremadamente bajas o heladas repentinas, generando pérdidas para los agricultores”, dice el especialista.
El impacto de estas alteraciones no estará en absoluto limitado a la región, puesto que existe una interconexión de recursos y una fuerte dependencia del campo por parte de las ciudades en aspectos esenciales como la seguridad alimentaria, explica Drenkhan.
Además, las zonas altoandinas se verán afectadas por el derretimiento más acelerado de los glaciares.
“Los glaciares son indicadores visuales del calentamiento global y los efectos del cambio climático. Las comunidades cercanas a los glaciares y los ecosistemas que dependen de ellos, como bofedales y pajonales, pueden ser impactados negativamente, especialmente durante épocas secas cuando el aporte del glaciar es más relevante debido a la falta de lluvias”, apunta el geógrafo.
Según Drenkhan, existe evidencia en algunas cuencas cercanas a los glaciares de acidificación del agua, puesto que cuando estos retroceden dejan expuestos sedimentos que contienen metales pesados.
Por otro lado, el investigador señala que es probable que ocurran sequías más prolongadas en la región del Altiplano.
Selva, en riesgo de degradación
Por su parte, uno de los principales riesgos que enfrenta la Amazonía peruana es una mayor frecuencia e intensidad de las sequías. Debido a la interconexión de las cuencas de agua, esto a su vez podría tener una repercusión en las zonas andinas, indica Drenkhan.
Otro grave problema que amenaza la integridad de la selva peruana es la degradación gradual del ecosistema amazónico.
“Esto es causado por cambios en el uso del suelo y el impacto del cambio climático, y puede generar una retroalimentación negativa que resulte en una sequía aún mayor. Esta situación podría transformar partes del bosque tropical en zonas semiáridas, proceso que se conoce como la ‘sabanización’ del bosque tropical”, advierte el geógrafo.
Por último, Drenkhan asevera que el aumento de las temperaturas favorecerá la propagación de enfermedades transmitidas por vectores.
Limitaciones institucionales y políticas
Drenkhan resalta que, contrario a lo que podría pensarse, nuestro país se encuentra adelantado frente a otros países de la región en la elaboración de políticas para manejar y enfrentar el cambio climático.
Un ejemplo de ello es la Ley Marco sobre Cambio Climático, la primera de su tipo en Latinoamérica. Sin embargo, el desafío principal radica en la ejecución e implementación de estas políticas, de manera que pasen del papel a la práctica y tengan un impacto positivo en la vida de la población.
“Perú se enfrenta a varios problemas y retos que reducen el potencial del país y las políticas públicas. Por un lado está la crisis política, que se refleja en cambios constantes de las autoridades. Ello impide una continuidad en el monitoreo y la implementación de políticas”, afirma el investigador. “Por otro lado, el personal técnico de los ministerios muchas veces no está adecuadamente capacitado”, puntualiza.