Avances y retos pendientes en el marco de Estocolmo +50: ¿por dónde empezar?
La mesa redonda fue una oportunidad para que cuatro especialistas en temas ambientales puedan compartir, desde sus perspectivas, sobre conservación de la biodiversidad, cambio climático, contaminación y el rol de las autoridades y la sociedad en cada uno de estos tópicos.
Han pasado ya 50 años desde que tuvo lugar la Cumbre de Estocolmo, la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, en donde se planteó el tema ambiental como uno de gran relevancia. Es en este contexto que el Instituto de Naturaleza, Tierra y Energía (INTE PUCP) organizó la mesa redonda “Avances y retos pendientes en el marco de Estocolmo +50”.
Este evento contó con la participación de cuatro ex ministros del Ambiente, Lucía Ruíz, Gabriel Quijandría, Fabiola Muñoz y Manuel Pulgar-Vidal quienes, desde sus experiencias y ámbitos de especialización, analizaron las acciones realizadas en el Perú a partir de los objetivos propuestos en esta cumbre. Además, conversaron sobre las iniciativas, avances y retos que enfrenta el país en materia ambiental, cuidado de la biodiversidad, cambio climático y contaminación.
La mesa redonda inició con una primera ronda de evaluación donde los ponentes expusieron los avances del Perú desde la Conferencia Estocolmo 1972. Lucía Ruíz, quien es actualmente miembro del Consejo Directivo de SUNASS, compartió con los participantes las acciones respecto al manejo de los recursos hídricos en el país. Comenzó resaltando la importancia de generar políticas y acciones que vayan en línea de aquello que ya se tiene construido y explicó que, si bien se logró descentralizar la gestión del agua, el reto es que esta sea multisectorial.
En este sentido, Ruíz indicó tres principales temas a destacar. El primero de ellos es el establecimiento de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), que si bien fue un avance concreto hacia la multisectorialidad de este recurso, todavía queda un reto pendiente. Al estar este organismo adscrito al Ministerio de Agricultura y Riego, el recurso hídrico es visto solo desde una de sus aristas, el agrario, según expuso la especialista.
El segundo punto, explicó, tiene que ver con la visibilización del agua como motor de desarrollo de los pueblos y resaltó la importancia de reconocer cuál es el papel que cumple este recurso en todas las industrias y actividades que realizamos en nuestro día a día. En este sentido, la especialista exhortó a los participantes a ser más conscientes del uso del agua en sus espacios de trabajo y en las industrias en las que laboran.
Finalmente, Ruíz celebró el gran avance hacia la gobernanza en la gestión del agua con una mirada territorial. Es decir, que se puedan identificar los problemas y soluciones que enfrentan las personas y comunidades al interactuar con el recurso hídrico, dependiendo del territorio en el que se encuentran. Sin embargo, reflexionó sobre la necesidad de hacer progresos en las zonas altoandinas y amazónicas, en las que el avance es menor comparado con la costa.
Continuando con la mesa redonda, Gabriel Quijandría, Director regional para América del Sur de la Oficina Regional de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), habló sobre la conservación de la naturaleza y de las especies, y cómo esto se encuentra directamente relacionado con el cambio climático. En cuanto a lo que queda pendiente indicó que, si bien el país ha tenido grandes avances normativos y regulatorios, el reto ahora es ponerlas en marcha.
En este sentido, Quijandría hizo hincapié en la relación de la naturaleza con las personas, las sociedades y las industrias. Explicó que, en años anteriores, las discusiones sobre cambio climático y biodiversidad iban en paralelo, pues los especialistas no consideraban que tuvieran relación entre sí. Sin embargo, actualmente sí se habla del impacto que uno tiene sobre otro y de cuál es el papel que tienen nuestras actividades del día a día en la conservación de especies y de la naturaleza. Es decir, se empezó a tener consciencia del rol de las personas en el ecosistema ambiental.
Quijandría también dijo que, si bien ahora tenemos mejores medios y tecnologías para abordar soluciones a los problemas de contaminación, cambio climático y pérdida de diversidad biológica, los retos también han crecido. Por ello, planteó en el panel la inquietud del verdadero alcance que puedan tener las políticas ambientales o el reciente enfoque ambiental de parte del sector empresarial.
Finalmente, el exministro también reflexionó sobre la necesidad de cambiar la forma en la que nos relacionamos y tratamos con la naturaleza. Por muchos años, se ha tenido la lógica de tratarla como si fuese un rival o algo que se tiene que someter, una filosofía que realmente no ha tenido resultados positivos, explicó. Por ello, indicó la importancia de entender que la naturaleza es realmente la base de construcción del bienestar de las sociedades y del crecimiento económico.
Durante su participación en la mesa redonda, Manuel Pulgar-Vidal, líder de la Práctica Global de Clima y Energía de WWF Internacional, hizo un recuento de cómo ha ido evolucionando el sector ambiental en el Perú, desde la Cumbre de Estocolmo. Señaló que uno de los hitos de mayor relevancia fue la creación del programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Pulgar-Vidal consideró que la institución de este programa fue significativo para el país, ya que entre los años 79 y 92 existieron progresos importantes en el marco de las políticas públicas.
Uno de los ejemplos fue el Código del Medio Ambiente y los Recursos Naturales de 1990 que fue el primer intento de empezar a organizar la institucionalidad ambiental del Perú, al reconocer la existencia de un sistema nacional de gestión ambiental. Dentro de este repaso también incluyó la creación del Ministerio del Ambiente, en el año 2008, y la participación del país en el Acuerdo de París en 2015, donde se establecieron compromisos internacionales para combatir el cambio climático. Asimismo, recomendó a la encíclica “Laudato Sí” del Papa Francisco como un referente al momento de tomar decisiones de materia ambiental.
Para finalizar esta ronda, Fabiola Muñoz, coordinadora de Coalición por una Producción Sostenible, inició su participación reconociendo que hay temas en los que sí ha existido un avance, como la economía circular, no obstante, hay algunos otros que siguen generando preocupación. Entre ellos, mencionó la contaminación por pesticidas, la gestión de residuos y el aumento de la deforestación.
Sobre este último punto, Muñoz se enfocó principalmente en la convivencia entre la agricultura y la preservación de los bosques. Señaló que, si bien el país cuenta con una cantidad significativa de familias agricultoras, 2.2 millones, es importante generar políticas para brindarles mejores herramientas para su producción. Explicó que uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la conservación forestal es la agricultura desordenada. Aclaró que la actividad económica en sí no es perjudicial, pero si esta crece sin un control se genera una deforestación hormiga que tiene un impacto grande en la pérdida de biodiversidad.
Además de ello, la exministra consideró tres elementos importantes para tener avances ambientales significativos. El primero es fortalecer la institucionalidad de la gobernanza, en todos los ámbitos, nacional, regional y local. En segundo lugar, la conexión que debe haber entre las decisiones económicas y productivas con el efecto que tendrán en el ambiente. Por último, promover la participación de la sociedad en las acciones ambientales.
Durante la segunda ronda, los cuatro panelistas conversaron sobre los retos pendientes que tiene el país frente a la triple crisis de contaminación, cambio climático y pérdida de biodiversidad. Lucía Ruíz consideró que el mayor reto es entender que el tema ambiental es algo transversal a todas las actividades humanas, ya sea económicas o productivas. Argumentó que es necesario incorporar en cada uno de los sectores y actores la noción de lo ambiental como un tema clave en cada una de las actividades. Como ejemplo expuso la invisibilidad del recurso hídrico que, a pesar de estar en todas las industrias, no se toma en cuenta.
Gabriel Quijandría habló sobre la velocidad con que se transmiten actualmente las ideas, informaciones y cambios de un lado a otro del mundo. Por ello, instó a que la sociedad y autoridades tengan una capacidad de reacción más rápida que pueda estar a la par de las actualizaciones constantes. Por ejemplo, indicó que ya no es óptimo seguir apostando por soluciones antiguas cuando, en el mundo, hay cada vez nuevas tecnologías.
Por su parte, Fabiola Muñoz agregó que debe existir una articulación entre los gobiernos locales, regionales y nacional. ¿Por qué? Porque son finalmente los dos primeros los que se encuentran en el lugar, conocen las problemáticas de sus territorios y tienen la responsabilidad de gestionar los recursos. Indicó que las políticas serán mejor diseñadas si se tiene información más precisa sobre el contexto de las problemáticas.
Para Manuel Pulgar-Vidal, el reto principal es la carencia de liderazgo, ganas y visión. Mencionó que el Perú previamente era un país que tomaba los modelos globales para aplicarlos en lo local o proyectaba lo local en lo global. Sin embargo, actualmente esta práctica se ha perdido y no existen autoridades que gestionen el tema ambiental o que se esfuercen en posicionar el tema hacia los demás ministerios o ámbitos de la sociedad. En este sentido, recordó también las principales agendas desatendidas por el gobierno: calidad de aire, deforestación, informalidad y fiscalización minera.
Finalmente, los cuatro panelistas coincidieron en que es también imprescindible que la opinión pública y los sectores civil y privado tengan una participación en la promoción de temas ambientales en el país. Cada uno de ellos motivó a los participantes a mantenerse vigilantes, tener perseverancia y no perder el propósito o desanimarse ante la falta de acción por parte de las autoridades.