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06 de Octubre de 2023

Lomas de Lima: ¿Qué se está haciendo para proteger estos valiosos ecosistemas?

Foto: Andina

Texto: Daniel Contreras Zuloaga

Las lomas de Lima son el único pulmón verde natural en los alrededores de la segunda ciudad más grande del mundo sobre un desierto. Sin embargo, la ocupación informal, el tráfico de terrenos, la construcción de infraestructura ilegal, la minería desregulada y el pastoreo no controlado amenazan con destruirlas. 

Las lomas de Lima, un ecosistema que representa un oasis natural de verdor en medio de la segunda ciudad más grande del mundo sobre un desierto, continúan siendo amenazadas. Solo en los últimos meses, vecinos de las lomas de Carabayllo, Ancón, Pachacámac y San Juan de Lurigancho han denunciado la construcción de trochas, tráfico y lotización de terrenos.

Leyenda: "Lomas de Lúcumo"-Foto del Comercio

Pulmones verdes en medio de la aridez 

Las lomas forman parte de un ecosistema único que aparece de manera esporádica entre la costa central peruana hasta el norte de Chile, en colinas a una altitud menor a 1000 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, crónicas de la época colonial evidencian que alguna vez estuvieron ampliamente extendidas por el litoral peruano. 

“Hoy en día es difícil creer que en las crónicas de los virreyes del siglo XVII se dice que el virrey de Lima salió a cazar venados en los bosques de huarangos que estaban detrás del cerro San Cristóbal”, señala el investigador del INTE-PUCP Fernando Roca. 

En el caso de la capital peruana, las lomas son especialmente importantes pues son el único pulmón verde en sus alrededores, que, por otro lado, carecen de bosques naturales. 

“Las lomas desempeñan un papel crucial en ciertas épocas del año. Son pequeños pulmones que purifican el aire durante la temporada de florecimiento, que ocurre desde finales del invierno hasta la primavera. Esto se debe a que reciben el agua de las nubes bajas que se forman sobre el océano Pacífico y son impulsadas hacia la costa por el viento”, explica Roca.

La fina llovizna que descarga la neblina permite a su vez el crecimiento de plantas adaptadas para sobrevivir durante largos períodos secos, y la formación de arroyos que proveen agua a los pobladores locales. 

“En el pasado, los habitantes de la sierra bajaban a las lomas para pastorear sus rebaños de alpacas y llamas, y había conflictos entre los pueblos costeros y andinos por el control de estas áreas”, indica Roca. 

Además, el investigador añade que solía ser común que animales de los Andes descendieran a estos ecosistemas para alimentarse, pues su época de florecimiento justo coincide con la temporada seca en la sierra.

“Llamas, venados, vicuñas, guanacos, y otros animales de la cadena biológica, venían a las lomas, seguidos por pumas, gatos andinos y otros depredadores, afirma. 

Leyenda: Foto de Andina

Ecosistemas vulnerables

A nivel nacional, ejemplos bien conservados de este ecosistema son las Lomas de Lachay, en Huacho; y las Lomas de Atiquipa, en Arequipa, que son las más grandes en superficie. Solo en Lima, existen alrededor de 70.000 hectáreas de lomas, según investigaciones del Instituto Metropolitano de Planificación (IMP) y el Servicio de Parques de Lima (SERPAR). 

Sin embargo, la ocupación informal, el tráfico de terrenos, la construcción de infraestructura ilegal, la minería desregulada y el pastoreo no controlado ponen en peligro la integridad de estos espacios verdes. 

“Los intentos de invasión de estos ecosistemas se deben a traficantes sin conciencia ni ética que buscan lucrar con tierras que ni siquiera les pertenecen y explotan las necesidades de la gente que busca oportunidades en las ciudades debido a la falta de servicios básicos en sus lugares de origen”, enfatiza Roca. 

De acuerdo con el investigador, abordar este problema no debe limitarse al nivel municipal, sino que se requiere de una colaboración efectiva entre gobiernos locales, el gobierno central y la comunidad.

Además, estos lugares no son apropiados para la ocupación humana, explica Roca. Debido a sus altos niveles de frío y humedad, la salud de los habitantes de centros poblados como Ticlio Chico (Villa María del Triunfo) se ve afectada por enfermedades respiratorias y problemas en la piel.  

Leyenda: Foto de Nicolás Monteverde

Esfuerzos de protección 

A nivel metropolitano, existen planes para recuperar estos valiosos ecosistemas desde el año 2014, cuando se propuso una estrategia basada en su gestión sostenible para fines productivos y el ecoturismo. 

Sin embargo, no fue hasta el 2019 que se creó por fin el Área de Conservación Regional (ACR) Sistema de Lomas de Lima, que abarca las Lomas de Ancón, Carabayllo 1 y 2, Amancaes (Rímac) y Villa María del Triunfo y es administrada por el Programa de Gobierno Regional de Lima Metropolitana (PGRLM).

El ACR Sistemas de Lomas de Lima tiene como objetivo conservar, proteger y recuperar por completo estos espacios para el año 2042.

Para lograrlo, ha propuesto un plan que incluye reforzar la vigilancia y control para enfrentar las invasiones y el tráfico de tierras, impulsar el turismo sostenible como principal actividad económica, restaurar la diversidad de ecosistemas y poblaciones de especies representativas y fomentar la investigación científica y la educación ambiental mediante convenios institucionales. 

Paralelamente, también existe un proyecto implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en colaboración con el Servicio de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP), que a partir de un enfoque de adaptación basada en ecosistemas (EbA) busca fortalecer la gobernabilidad ambiental, promover la participación de la sociedad civil y las autoridades locales y fomentar prácticas sostenibles en la gestión de los ecosistemas de lomas.

Asimismo, el investigador Fernando Roca resalta el compromiso de organizaciones de la sociedad civil con la defensa de las lomas limeñas. “No es una batalla perdida en absoluto. Las asociaciones de jóvenes que viven en esas áreas han organizado recorridos ecoturísticos por las lomas y han implementado captadores de neblina con resultados positivos”, destaca. 

En las Lomas de Asia, por ejemplo, la comunidad campesina local ha logrado restaurar parte de la flora nativa de la zona gracias a esfuerzos de conservación ecológica. 

Finalmente, Roca hace un llamado a aprender de experiencias positivas en la conservación y protección de áreas naturales en otras partes del país.

“La reserva de bosque seco de Chaparrí es un excelente ejemplo. Allí, las comunidades campesinas han creado un albergue con todas las comodidades para que los turistas se alojen, y organizan recorridos sostenibles por el bosque para que aprecien la biodiversidad”, indica. 

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2 comentarios
Alfredo Miró Quesada - hace 7 meses
Artículo muy interesante y motivador. Indíquenme cómo puedo contactar a autoridades o investigadores en este tema.
Patricia Claeyssen - hace 7 meses
interesante reportaje, sugiero que todos estos lugares deben ser areas/Reservas Naturales protegidas y convertirse en Parques/Reservas Nacionales, como es la Reserva Nacional de Paracas y otras mas, de tal forma que hay compromiso del estado, favoreciendo el turismo local dando trabajo a las personas que viven en la zona.