El plástico invade al mar peruano, amenazando un ecosistema entero
Texto: Daniel Contreras Zuloaga
Según la organización Algalita Marine Research and Education, existe una isla de plástico de alrededor de 2.6 millones de kilómetros cuadrados frente a las costas de Perú y Chile. Un deficiente sistema de gestión de los residuos pone en riesgo la integridad no solo de las especies que habitan nuestro litoral, sino también de la población humana.
El mar peruano está lleno de plástico. En 2017, la organización Algalita Marine Research and Education estimó que frente a las costas de Perú y Chile existía una isla de plástico de aproximadamente 2.6 millones de kilómetros cuadrados. Para poner en perspectiva su dimensión, es casi dos veces la superficie de nuestro país.
Según cifras del Ministerio del Ambiente (MINAM), en promedio cada ciudadano peruano usa alrededor de 30 kilos de plástico al año. Solo en Lima y Callao se generan 886 toneladas de residuos plásticos al día, el 46% del total nacional.
De los ríos al océano
De acuerdo con la Red Peruana Ciclo de Vida y Ecología Industrial (PELCAN), en Perú, más del 40% de la basura generada carece de un lugar adecuado para su gestión eficiente y se desecha de manera ilegal en la naturaleza. Entre estos residuos, los polímeros plásticos son los de mayor visibilidad e impacto.
“La mayor parte de estos plásticos ingresan al mar a través de los ríos. Esto está relacionado al pésimo manejo de los residuos sólidos en todo el país”, dice Ramzy Kahhat, investigador de PELCAN y el INTE-PUCP. “Al ser un material tan generalizado y que se usa para tantas aplicaciones, es muy difícil aislarse del plástico”, añade.
Según explica el especialista, quien ha realizado trabajo de campo en diversas zonas de la costa peruana, a través de los distintos ríos que desembocan en nuestro litoral se pierde una gran cantidad de plástico que podría ser reciclado.
“Cuando investigamos el derrame de petróleo de La Pampilla, rastreamos el curso de la corriente y descubrimos áreas con altas concentraciones de plástico. Su distribución reveló una conexión evidente entre los ríos, las corrientes marinas y las playas”, señala Kahhat.
La otra fuente importante de la presencia de plásticos en el mar son los actores que operan directamente en él, como los pescadores y la flota marítima que se encuentra en el litoral cercano a la costa. Kahhat indica que se han encontrado microplásticos relacionados a la pintura de estas embarcaciones.
Gestión de residuos deficiente
De acuerdo con el especialista, la raíz de este problema empieza con la falta de un sistema adecuado para la recolección de los residuos que genera la actividad humana. Incluso en Lima Metropolitana, que cuenta con la mayor cantidad de rellenos sanitarios, presenta acumulación en las riberas de los ríos que atraviesan la ciudad, como el Rímac y el Chillón. En el resto del país, es común que los residuos acaben en botaderos, afirma Kahhat.
“La gente no tiene cómo deshacerse de su basura y la arroja en las laderas de los ríos. Es crucial que las autoridades aborden este problema, lo que implica proporcionar alternativas viables para las personas que hoy en día depositan desechos en esas zonas”, apunta el experto.
Además, Kahhtat señala que a nivel regulatorio aún existen vacíos. En 2018 entró en vigencia la Ley N° 30884, que regula el plástico de un solo uso y los recipientes o envases descartables.
“No es que la ley sea mala, pero no ataca la raíz del problema, que es el manejo inadecuado de los residuos sólidos”, aclara el especialista. “Cuando observas el campo, te das cuenta que los plásticos presentes en los ríos y la costa no son solo los de un solo uso. He visto objetos como zapatos y sandalias, e incluso partes de televisores y carrocerías de autos”, precisa.
La contaminación de plástico y otros tipos de residuos en diversos puntos del litoral peruano también tiene un impacto socioeconómico considerable, pues contribuye a la reducción del turismo en las zonas afectadas.
Impacto medioambiental
La presencia generalizada de plástico en el mar tiene un impacto enorme para el ecosistema y la biodiversidad. Según las Naciones Unidas, estos desechos afectan a más de 600 especies marinas. Perú no es la excepción.
“Imagina ser un organismo vivo y comenzar a encontrar residuos que podrían confundirse con alimentos habituales. En algunos casos esto puede generar una sensación de falsa saciedad, como ocurre con la ingesta de microplásticos”, asegura Kahhat.
A ello, se le suman problemáticas relacionadas como la pesca fantasma y el estrangulamiento de animales marinos, explica el investigador. “Especies de peces, mamíferos y aves como las tortugas, lobos marinos y delfines sufren las consecuencias. Los plásticos son extremadamente difíciles de remover de sus cuerpos”, advierte.
Asimismo, la presencia de plástico en los peces también conlleva riesgos para los humanos que los consumen. “Hay estudios que hablan sobre el incremento de microplásticos en productos como la harina de pescado, lo que está directamente relacionado con el aumento de plásticos en los propios peces”, indica Kahhat.
Según el especialista, existen ya diversas investigaciones que intentan identificar los posibles impactos de los plásticos en los seres humanos. Aunque precisa que hay que analizarlas con cautela, estas han demostrado la presencia de microplásticos en el cuerpo humano a través de distintas vías, como el envasado de alimentos.
“Aún hay mucho por investigar, pero estos informes sugieren efectos en los sistemas respiratorios, reproductivos, endocrinos, entre otros”, puntualiza Kahhat.
Finalmente, el investigador resalta que además de mejorar el manejo de los plásticos y residuos sólidos, es necesario reforzar la conciencia ambiental de los ciudadanos, así como incentivar una economía circular y el uso de tecnologías que puedan aprovechar estos residuos para la generación de energía y la elaboración de productos sostenibles.