Hacia dónde va el reciclaje en Perú
Escrito por Alberto Huiman Cruz, docente INTE-PUCP*
Mientras los países desarrollados financian el reciclaje a través de los municipios subvencionando con ingentes sumas de dinero la disposición final de los residuos sólidos y el reciclaje, en los países en desarrollo como el Perú la situación es muy distinta. Por lo general existen escasos rellenos sanitarios técnicamente manejados y la mayor parte de los residuos sólidos son arrojados al ambiente, creando situaciones de alta contaminación, por otro lado el reciclaje es aún incipiente. Al mismo tiempo la situación de pobreza ha dado origen que miles de familias encuentren una forma de generarse empleos mediante la selección de los residuos sólidos para recuperar elementos reutilizables y reintegrarlos a una cadena productiva. Sin embargo el escenario del mercado del reciclaje también está evolucionando, hoy en día existe una serie de razones para su disminución, que van desde la política comercial global a la disminución de los lectores de periódicos; por ejemplo, gran parte de los materiales reciclables recuperados se envían a China, quien ha erigido nuevos límites a los residuos importados desde el año 2013, en otras palabras «ha ocurrido una disminución en la demanda de ese material, ya que la tasa de crecimiento en países extranjeros se ha estabilizado».
Los bajos precios del petróleo han hecho más barato producir botellas de plástico nuevas, por lo que los fabricantes no tienen tanta necesidad de plástico recuperado. Además, los fabricantes de envases han descubierto cómo hacer que las botellas y las latas sean más finas, por lo que no necesitan tanta materia prima. En toda la industria del reciclaje, «lo que una vez fue un producto valioso hace cinco años es menos valioso ahora».
El problema del reciclaje en Perú, tiene un gran trasfondo denominado informalidad, es decir estar al margen de las cargas tributarias y normas legales, pero también implica no contar con la protección y los servicios que el estado puede ofrecer. La informalidad de la actividad del reciclaje, ocurre principalmente por: (1) Resistencia de inserción de políticas públicas, (2) Se adolece de falta de datos e información, (3) Existe desorganización sectorial, (4) Prevalece la desobediencia a la autoridad, y (5) Se carece de supervisión, fiscalización y sanción efectiva.
Los factores mencionados ocasionan impactos en la visión estratégica y sostenible para formalizar la actividad de reciclaje y contribuir al desarrollo sostenible local, repercutiendo negativamente en la reducción de los efectos del cambio climático, en el marco de las metas nacionales.
Se percibe controversia respecto al camino a seguir porque no está clara la relación de los gobiernos locales y los actores de la cadena del reciclaje, ni el rol que desempeñan; un camino propicio puede plasmarse en cinco pasos:
- Crear un entorno favorable con miras a atraer inversiones en infraestructura para la constitución de centros de acopio para el reciclaje de materiales,
- Extender los incentivos municipales al ciudadano y a las empresas motivando su participación en los Programas de Recolección Selectiva y Segregación en la Fuente, y Rutas Empresariales de Reciclaje,
- Mantener la baja tasa de Generación Per Cápita (GPC) de residuos inservibles, a través de la sensibilización local,
- Diseñar tasas de arbitrios por limpieza pública que cubran el costo total real de la prestación del servicio, incluyendo la recolección selectiva de los materiales reciclables.
- Mejorar la trazabilidad y la información disponible sobre la generación y gestión de residuos.
El reciclaje no puede depender de incentivos económicos públicos ni del mercado, debe tener una visión sistémica para hacerlo sostenible, y aplicar principios, podría empezarse siendo enérgicos con la internalización de costos y el principio de quien contamina – paga.