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27 de Febrero de 2016

La Eficiencia Energética es una herramienta clave para enfrentar el Cambio Climático

El 05 de marzo se celebra el «Día Mundial de la Eficiencia Energética», a propósito de esta fecha, la Ing. Urphy Vásquez, Coordinadora de Grupos de Investigación de INTE-PUCP, nos brinda sus reflexiones en torno a las buenas practicas en eficiencia energética y ahorro de energía que debemos tener en cuenta.

La energía y el clima tienen una relación intrínsecamente directa y bidireccional: sin energía no existiría la humanidad, y la humanidad ha sido el principal impulsor del cambio climático en la tierra; ambos conceptos se retroalimentan generando círculos insostenibles. En este sentido, el desarrollo de la humanidad se ha basado en el consumo de energía para la satisfacción de demandas domésticas, productivas e industriales, que no han considerado en la medida adecuada los aspectos socio ambientales.

Según el último Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero incluido en la Segunda Comunicación Nacional del Perú publicado por el MINAM, la segunda fuente de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel nacional corresponde al sector Energía, siendo la actividad principal el transporte terrestre (que emite 9,071 Gg de CO2), seguido del sector Comercial/Residencial (que emite 3,069 Gg de CO2) y de la producción de energía eléctrica (que emite alrededor de 3,070 Gg de CO2). Por ello, considerando que el sector Energía es una fuente de consumo que contribuye considerablemente a los efectos del cambio climático, resulta impostergable llevar a cabo políticas y acciones orientadas a la diversificación de la matriz energética con el posicionamiento de las energías renovables, desde un enfoque de energización rural y urbana; eficiencia energética; investigación, desarrollo e innovación en materia energética y ambiental; y de programas educativos dirigidos a la sociedad en general.

En particular, debemos tener en cuenta que un uso eficiente de la energía permite la reducción de gastos y/ costos operativos a todo nivel (residencial, público, industrial y transporte), así como la reducción de la presión ambiental que éstas ejercen sobre la naturaleza. En dicho contexto, la eficiencia energética sirve como un instrumento clave de gestión ambiental que busca optimizar los recursos energéticos con la finalidad de reducir o minimizar su uso y garantizar la disponibilidad de los recursos naturales para las próximas generaciones. Los beneficios de la eficiencia energética pueden tener tres orientaciones en nuestro país: contribuir a erradicar la pobreza energética a través del acceso energético y asequible en términos económicos, sociales y ambientales; el aumento de ingresos disponibles para otros gastos; y el incremento de la competitividad y rentabilidad de los productos, procesos y servicios.

Según el Plan Energético Nacional 2014-2025 del MINEM, las políticas de eficiencia energética estarán dirigidas a la disminución del consumo final de la electricidad y diésel mediante el uso de tecnologías más eficientes (luminarias LEDs, termas solares, cocinas mejoradas a leña y/o bosta, proyectos de cogeneración, sustitución de calderas y motores eléctricos). Asimismo, se contará con los Reglamentos de Etiquetado de Eficiencia Energética para los artefactos electrodomésticos, termas, iluminación, motores eléctricos y calderos. Para el caso del sector Transporte, se contará con una progresiva sustitución de vehículos más eficientes a gas natural, la gestión eficiente del gas natural, la ampliación del transporte eléctrico y el uso de corredores de transporte masivo o metros.

Mientras estas líneas de acción se lleven a cabo, los ciudadanos jugamos un rol importante para contribuir al cuidado del ambiente desde un enfoque de buenas prácticas en eficiencia energética y ahorro de energía.

A continuación un listado de algunas recomendaciones:

  • Compra equipos y artefactos que tengan etiquetado de eficiencia energética, la cual se indica a través de una escala que va de la A (más eficiente – menor consumo) a la G (menos eficiente – mayor consumo).
  • Uso de luminarias LED, así como focos y fluorescentes ahorradores.
  • Uso de termas solares o híbridas (solar-gas, solar- electricidad).
  • Aplicar conceptos de arquitectura bioclimática en las edificaciones para reducir la demanda y el consumo de energía de una infraestructura aprovechando los recursos disponibles (localización, el clima, la orientación, los materiales, etc.), garantizando óptimas condiciones de confort.
  • Uso de techos verdes en las edificaciones para la reducción del consumo energético al reducir el uso de sistemas de enfriamiento en el verano y sistemas de calefacción en el invierno.
  • Apaga y desconecta los equipos electrónicos que no estés utilizando. Aún en modo stand-by (luz roja encendida) consumen energía.
  • En caso de contar con aire acondicionado, cierra las puertas y ventanas para no desperdiciar la energía. Apaga el equipo cuando salgas del ambiente.
  • Para refrescarte, abre las puertas y ventanas de la habitación de tal manera que se forme un sistema de ventilación cruzado.
  • Aprovecha al máximo las horas de luz natural: abre persianas y cortinas y apaga la luz.
  • En la medida de lo posible, aprovecha los rayos solares para secar tu ropa al aire libre.
Fuente de imagen: http://smart-lighting.es/
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