La aporía del plástico
Escrito por: Augusto Castro, Director de INTE-PUCP
La palabra ‘plástico’ viene del griego plastikós y refiere a algo, a un material que puede ser modelado; es decir, que puede cambiar de forma y conservarse. Esta idea de modelar o de dar forma a una sustancia ha llevado a que el término pueda ser usado como un adjetivo e incluso como una virtud. La plasticidad hace referencia a un material o una sustancia que es dúctil, maleable y transformable. Justamente esta virtud del material plástico ha hecho que sea sumamente utilizado en nuestra época y pase a reemplazar a una serie de materiales en el mundo actual.
Asistimos, no obstante, a una situación en la que el plástico se ha transformado en una sustancia que no es biodegradable y que puede permanecer por muchos siglos —se dice incluso mil años— generando problemas que los seres humanos no habían siquiera imaginado. Saber que hoy en día, como lo señala la ONU, el plástico representa el 90% de la basura que se encuentra en los océanos, que anualmente se tiran al mar más de 13 millones de toneladas, y que produce la muerte de más de un millón de aves y de miles de especies marinas, y que en el caso del Perú la situación no es diferente (según el Ministerio del Ambiente del total de los 7 millones de desechos sólidos que van al mar, el 11% es plástico), nos lleva a una profunda preocupación sobre la manera en la que el ser humano y el mundo moderno e industrial han planteado sus maneras de producir y consumir.
Una pregunta importante es ¿por qué el plástico no es biodegradable si proviene del petróleo? El petróleo es un producto que ha surgido por la descomposición natural que han sufrido tanto plantas como animales durante millones de años. Lo que sabemos es que el plástico se deriva del propileno, que es un componente químico simple del petróleo. Kenneth Peters, geoquímico de la Universidad de Stanford nos dice que cuando el propileno «se calienta en la presencia de un catalizador da lugar a polímeros de cadenas largas de monómeros llamadas polipropilenos». Él mismo sugiere que la “naturaleza no hace las cosas así». El asunto para Peters es que no hay maneras metabólicas que rompan los enlaces del polipropileno. Vemos que no es la naturaleza la que se ha esforzado por generar este plástico, han sido los seres humanos con la intención de contar con un material que pudiera tener resistencia y contar con una vida larga. Si los recipientes de plástico no tuvieran una larga vida probablemente no podrían superar la vida orgánica de las sustancias que deberían guardar. El plástico se ha transformado en un problema mundial y de interés público. Se ha fabricado un material que curiosamente contradice su inicial intención porque no es moldeable ni degradable.
En el Perú estamos hoy en día en un debate en el Congreso de la República sobre la eliminación de las bolsas de plástico, sorbetes y envases de tecnopor. La idea que sugiere el predictamen aprobado en la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos, Ambiente y Ecología es la reducción del «impacto adverso del plástico de un solo uso, de la basura marina plástica y de otros contaminantes similares en la salud humana y ambiental». En muchos países se cuenta con la prohibición de usar bolsas de plástico, sorbetes y envases de tecnopor. Sería deseable que el Perú norme su uso y se comprometa con la eliminación de materiales que le hacen daño al planeta, a la vida en general y a la vida humana, en particular.